Ficha
Estos son los textos básicos que se escribieron expresamente para la creación de los personajes y los diálogos, que aparecen en las páginas del Comic «Balmaseda. 800 Aniversario de la Fundación». Toda la historia de la villa se concentró en los 8 cuadros que componen la publicación:
Argumentos: Julia Gómez Prieto y Juan Manuel González Cembellín
Guión: Virginia Moncalián
Dibujos: Asier Iturralde
Color: Virginia Moncalián
Realización: Iturralde & Moncalián
Traducción al euskera: Alberto Garay
Formato: 68 páginas en euskera / castellano
Textos básicos para el Comic
Fundación: 24 de Enero del año 1199
Cada vez hay más comercio de lana entre la meseta castellana y la costa cantábrica, con destino a la industria pañera flamenca.
Los comerciantes transitan por las rutas más fáciles, y una de ellas es la que sigue una antigua calzada romana entre Herrera del Pisuerga y Castro Urdiales, pasando por Balmaseda y Sopuerta.
En Balmaseda ha surgido una pequeña comunidad de comerciantes y de servicios: mesoneros, herreros… Tienen también una pequeña iglesia dedicada a San Severino.
El señor de Bortedo y Balmaseda decide convertir esa aldea en villa. Es decir, darle una nueva categoría jurídica y concederle ciertos privilegios para potenciar el comercio y la artesanía industria.
El texto podría arrancar de una conversación entre el señor de Bortedo, Lope Sánchez de Mena, y su hijo Diego Lopez. Comentan el incremento del comercio, y como les beneficia también a ellos porque pueden cobrar derechos de paso en los lugares de su señorío. Pero ésto sería más fácil si hubiera un único punto por el que tuvieran que pasar todos los camineros, donde se podría centralizar el cobro. Sería conveniente fundar una villa, un lugar que, además, gracias a sus privilegios, atraería más pobladores y crecería.
Deciden que el lugar más adecuado podría ser Balmaseda. Es una pequeña aldea, pero se halla sobre un viejo camino que lleva hacia la costa, en concreto a Castro Urdiales, y junto a un vado del río, donde las recuas de mulas que bajan de la meseta pueden salvar el Cadagua con facilidad. Y unos cuantos vecinos se dedican ellos mismos al comercio y a la artesanía, además de que existen varias posadas y herreros que atienden a los mercaderes. Y han crecido tanto que tienen hasta su propia iglesia.
Convocan a los vecinos de Balmaseda. Estos envían un comité que, en Castro Urdiales, reciben con sorpresa la noticia de que van a ser convertidos en villa. El Señor les da la Carta Puebla, por la que se les concede el Fuero de Logroño y les exime de diversos impuestos señoriales, jurisdiccionales, fiscales y de paso, les concede una gran autonomía administrativa; además favorece su acceso a la propiedad privada de tierras, montes y aguas en el término de la villa. Los balmasedanos vuelven a la villa con el documento y comunican la noticia a sus vecinos.
LAS FERRERIAS : año 1514
En 1488 los Reyes Católicos dirigen a las autoridades de Balmaseda una Carta –Decreto Real ordenando que la villa permitiera la libre contratación de Hierro en su Mercado y no la restrinja, como hasta ahora, a solo 10 quintales.
Eran 24 los vecinos de Balmaseda que en 1533 tenían Peso de Hierro. Tal era la abundancia del metal y su enorme volumen de compra. Por ello el Ayuntamiento crea un Peso público de Hierro. Balmaseda era un centro abastecedor de hierro que los Arrieros cargaban en sus alforjas. Los Encartados tenían vía libre para entrar y vender hierro los días de mercado. Todas las transacciones se hacían ante Notario.
También se trabajaba en la villa el Cobre con el que se hacían Sartenes. El Cobre se traía de Prusia y del norte de Europa, mezclándolo con el navarro de Aralar. El Cobre balmasedano era bueno por la calidad del agua y de los orines que se usaban.
Marcos de Zumalabe instala un Martillo de agua en La Penilla, adelantándose a Tomás Fabricario que, por cierto, se ha llevado la fama de ser su inventor en España, cuando en realidad lo fue Zumalabe. Se ve a Marcos de Zumalabe repasando el Decreto que en 1488 dieron los Reyes Católicos a Balmaseda sobre el hierro. El, era un Ferrero que manipulaba el hierro a la manera tradicional y veía la gran cantidad de este metal que entraba en la villa y que salía en forma de productos elaborados. Pensaba cómo podría mejorar las fases del trabajo ferrero para mejorar la calidad y la cantidad de los productos que fabricaba.
Contempla también los montes que rodean la villa, repletos de Bortos ó Madroños, Castaños y Robles. Todos estos árboles daban una excelente madera que, convertida en carbón vegetal, servía para calentar y fundir el hierro.
Al mismo tiempo fija su atención en el salto o pequeña presa que el río Cadagua forma en la zona de La Penilla, y piensa en el posible uso de la fuerza del agua para mover un mazo mecánico, que pueda moldear el hierro incandescente.
Decide tratar de inventar un Martillo de Agua e instalarlo junto al salto/ presa del río, creando así la fábrica de un Martinete. Le va muy bien con la labor del hierro, fabricando palas, azadones, picos y clavazón, así como asas y vendas para calderos. Con el Cobre que traen de fuera, fabrican piezas de cobre como herradas y sartenes que venden a toda Castilla, Extremadura, Asturias y Galicia; así como a los Astilleros donde se construían los navíos de la Armada Real.
Catalina de Urrutia, vecina de Balmaseda, decide, en 1549, abrir otro Martinete que llamará de Picacandina ó de Layseca.
LOS INDIANOS Y AMERICA : hacia 1643
Muchos balmasedanos han ido como emigrantes a América. Unos que eran pobres, hicieron allí fortuna. Otros que ya eran comerciantes montaron Flotas para llevar productos a América y regresarlas cargadas de riquezas como perlas, metales, añil etc. Se cita ya a Sancho Ortiz de Urrutia como mercader en América en el año 1508. Y otros 20 balmasedanos se establecieron allí durante el siglo XVI.
Es el caso de Juan de la Piedra Verástegui, que siente mucha nostalgia de su villa y que desea que su fortuna sea para beneficio de su villa natal de Balmaseda. Con ella piensa en fundar un Convento donde puedan profesar las balmasedanas pobres que no tengan dinero para pagar su Dote.
Don Juan de la Piedra y Verástegui tenía referencias de don Juan de la Puente, balmasedano afincado en Potosí, que habia legado su fortuna para la creación de un Pósito de Trigo en su villa natal. Otros muchos Indianos hicieron fundaciones.
El envío de su fortuna lo recogen en Sevilla otros balmasedanos allí residentes que, dentro de una importante Colonia de Vascos, se dedicaban al comercio con las Indias. Se ve a don Juan de la Piedra y Verástegui, con su esposa Magdalena de Burgos, residentes en la ciudad de Panamá, en el momento de hacer Testamento ante Notario, en marzo de 1643. Llevan ya muchos años en América, tienen abundantes riquezas y quieren regresar a Balmaseda para morir en paz en su villa natal y dejar en ella sus bienes. Pero Juan de la Piedra muere antes de encontrar navío para regresar y por eso su legado llega solo a Sevilla. Un comerciante balmasedano afincado en Sevilla, las envía a la villa y las entrega en el Ayuntamiento.
El Ayuntamiento de Balmaseda recibe los 1.586.856 maravedíes del legado y, cumpliendo con la voluntad de Juan de la Piedra, comienza a construir desde el año 1652, un Convento dedicado a Santa Clara, para monjas (Clarisas) de clausura.
Se inaugura el Convento en el mes de octubre de 1666 , cuando el Arzobispo de Burgos, Don Enrique Peralta y Cárdenas que tambien era de Balmaseda, recibe a cinco monjas que llegan del monasterio de San Martin de Don (Frías) para tomar posesión del nuevo convento.
La primera Abadesa, doña María Jacinta de la Puente, era familiar del fundador y con ella entraron otras diez monjas más. Una de ellas era Ana de Urrutia, hija del Almirante Urrutia, y otra María de Zumalabe, descendiente de ricos ferreros de la villa y por tanto de Marcos de Zumalabe, inventor del Martinete de Agua.
Los escudos de Piedra y de Verástegui se colocan en la fachada de la iglesia del convento. El tercer edificio del conjunto será la Preceptoria donde se iban a educar muchos niños de Balmaseda.
EL COMERCIO : hacia 1785
Por estar situada en el Camino Real entre el Señorío de Bizkaia y Castilla, el Comercio ha sido siempre esencial en la vida de la villa. Como Villa – Mercado, celebraba dos cada semana, los miércoles y los sábados; y en su mercado se vendían géneros y mercaderías buenas, abundantes y variadas.
Balmaseda contaba con una buena red de Caminos que la unían con Bilbao, Castro, Mena y la Meseta. Entre la villa de Bilbao (no fundada hasta el año 1300) y la meseta, era el río Cadagua quien marcaba el camino que prácticamente discurría por sus orillas.
Desde el siglo XV existía Aduana en Balmaseda que desapareció definitivamente en 1841. Era por tanto una puerta de entrada a Bizkaia, uniendo los campos de trigo y las zonas laneras de Castilla la Vieja con los puertos vizcaínos por donde se exportaba.
En Balmaseda existía Tabla de Carne y Red del Pescado para los Abastos en fresco. Así como tambien Pósito de Trigo y Depósito de Paños. En las Tiendas se vendían los artículos curados y en las Tabernas el txakolí y el vino. Los Mesones completaban la red, aunque no podían vender sino solo atender. En lo alto del Monte Kolitza se construyó una Nevera para conservar en frío los alimentos cuando apretaban los calores del verano.
El Administrador de la Aduana, Don Miguel de Orcasitas, va de inspección, un día cualquiera de mercado, a la casilla del Puente Viejo, para ver el paso de los mulateros y la recaudación de los impuestos que estos debían de pagar por cruzar el río y meter las mercancías en la villa.
Llegan diversos arrieros con sus reatas de mulas bien cargadas. Traen bacalao, salmón, sardinas, azúcar, canela y otras vituallas que no existen en la villa. El aduanero les dice donde deben descargarlas. Por eso, se dirigen al almacen de Abastos para que el Ayuntamiento proceda a la medición y pesaje de las mercaderías, paso previo al Remate de cada género que será sacado a la venta.
Los que portan vino descargarán la mercancía en las Tabernas. Y los que traginan el Trigo pasan directamente al Mercado de la villa que se celebraba, desde siempre, dos días a la semana. Los que traían Lana debían descargarla en el depósito de paños que la villa tenía desde siglos antes.
Ya de vacío, los mulateros se dirigían a los Mesones para descansar y reemprender viaje con las alforjas, no vacías, sino llenas con productos artesanales de hierro y cobre que , con otras vituallas, llevarían en su regreso hacia Castilla, por el Camino Real que unía Balmaseda con la Meseta.
EL TXAKOLI : hacia 1840
El vino – txakolí disfrutaba de un tratamiento privilegiado en Balmaseda al ser considerado un producto patrimonial. Gozaba de protección especial por el municipio y sobretodo por el Cabildo Eclesiástico que era quien intervenía en su cosechamiento, procedíia a su dezmado y fijaba en la práctica los precios anuales de venta. Cuando la cosecha propia de txakolí se agotaba, se traían vinos de fuera para consumirlos durante el resto del año.
El txakolí habia llegado a Balmaseda a finales del siglo XV traído por unos monjes benedictinos franceses y desde el año 1306 Balmaseda tenía el monopolio de venta de este vino, desde Villasana de Mena hasta Sámano (cerca de Castro).
En el año 1487, el 90 % de los balmasedanos cultivaban txakolí. Como el clima era bastante húmedo lo criaban en parrales. Con la Guerra de la Independencia y con las Guerras Carlistas del siglo XIX, hubo que invertir mucho dinero en la reconstrucción de las cepas y parrales. En Balmaseda, el txakolí era el único producto que pagaba Diezmos para el Culto y Clero. El Cura Beneficiado del Cabildo Eclesiástico de San Severino está controlando la vendimia y haciendo que los obreros – vendimiadores lleven las uvas a la Çilla o Lagar.
Ya ha terminado la recolección y ha pagado el salario a cada vendimiador. Ahora se dispone a pesar las uvas para poder separar el Diezmo, es decir, quedarse con la décima parte de ellas, como tributo o impuesto que la Iglesia recibía de todos los productos.
El año ha sido muy frío y la vendimia no ha comenzado hasta el día 21 del mes de octubre, que es fecha muy tardía. Quizás también por ello, la cosecha ha sido muy corta por lo que, sin duda, el precio que el txakolí va a tener ese año será más caro que el de años anteriores .
La pesa y ve que es exigua, solo 1.420 cántaras cuando la cosecha media está sobre las 10.000-15.000 cántaras. Piensa en el Precio que la va a decir al Alcalde. Será de 64 maravedís por azumbre que es la medida habitualmente utilizada por la gente. Una Azumbre es la octava parte de una cántara.
Habiendo recibido el Alcalde la noticia del precio del txakolí, que le ha comunicado el Beneficiado, por medio de campanas, llama a los vecinos a Concejo Público para comunicarles dicho precio. El Concejo delibera y tras varias discusiones, deciden que el precio les parece bueno y como tal lo aceptan. De esa forma ya puede comenzar el sorteo de las Tabernas que van a vender el txakolí y comenzará la venta en cuanto el caldo esté fermentado. Como cada año, primero se venderá el blanco y luego el txakolí tinto.
Si las calicatas mensuales no mienten, la villa de Balmaseda tendrá txakolí para el consumo de los vecinos durante el invierno y la primavera. Luego será necesario importar vino de fuera, bien sea de Toro o de la Rioja.
HIJOS ILUSTRES : hacia 1850
Quizás por la importancia que la villa de Balmaseda tuvo en el pasado, fueron muy numerosos los Hijos Ilustres de la misma. Desde Juristas a teólogos y desde Funcionarios a militares en todas las épocas fueron abundantes.
Don Diego de Urrutia y los Llanos (1562-1640 ) militar y marino de la Armada Real en América.
Don José de Urrutia y las Casas (siglo XVIII ) un famoso general retratado por Goya.
Don Ramón Gil de la Cuadra (1775-1860) científico y político que trabajó mucho en México.
Don Martín de los Heros (1786-1859), militar y político, diputado y ministro liberal. Como historiador y escritor dejó una magnífica Historia de Balmaseda entre otras obras.
Don Enrique de Vedia y Goossens (1802-1863) diplomático en Jerusalem y escritor de numerosas obras. Entre ellas unas Memorias de la Villa de Balmaseda.
Don Juan de la Granja (1785-1853) creador del telégrafo en todo México, así como embajador y periodista.
Don Pio Bermejillo (1820-1899) fundador de las Escuelas Municipales.
Don Martín Mendia (1841-1924) indiano con gran fortuna, hizo diversas fundaciones durante el siglo XX.
Don Marcos Arenas Bermejillo, fundador en 1897 de Boinas La Encartada.
Tambien fueron famosos un Pelotari y un Torero.
Don Martín de los Heros se encuentra sentado, escribiendo un capítulo de su Historia de Balmaseda. Lleva varios meses escribiéndola y ya está llegando a su final, hacia mediados del siglo XIX. En su cabeza/memoria se agolpan los últimos avatares dificiles por los que pasó la villa: Recuerda también que otro balmasedano y amigo suyo, Enrique de Vedia y Goossens le ha contado su intención de escribir otra Historia que va a llamar “ Memorias de .. “ y que a él sin duda le gustaría conocer, pero ¡es tan difícil encontrarse con Vedia!
Todos los veranos venía Don Martín a su casa de Balmaseda (donde pasó su feliz infancia) para descansar y los aprovechaba para escribir su Historia, usando los libros manuscritos y los legajos de los Archivos de la Villa. Y ese verano estaba escribiendo el capítulo dedicado a los Hijos Ilustres.
A cada uno de ellos los va viendo “en sueños“ pasear por las calles de la villa…. y así puede entablar conversación con ellos……..
EL FERROCARRIL : hacia 1890
A mediados del siglo XIX el Ferrocarril es una realidad en Europa y el País Vasco se adhiere con júbilo al nuevo medio de transporte. Para las mercaderías que bajan de Castilla al puerto de Bilbao, Balmaseda tiene más facil el acceso que por Orduña ya que el tren no puede subir grandes cuestas inclinadas.
El ferrocarril iba a traer a la villa, además, un aumento de población y de la riqueza, pues a través del tren van a salir los productos agrícolas , los ganaderos y la madera. Se construye la Línea del Cadagua que sigue el curso del río hasta Balmaseda, donde se instalaron también los Talleres de Reparación y los Almacenes de Depósito.
El día 24 de agosto de 1890 se inaugura esta línea. Balmaseda se adorna con arcos de triunfo, música y cohetes, por todo lo alto. Desde ese momento la villa tenía ya un nuevo Camino Real, esta vez de hierro, que la unía con Bilbao.
Los Altos Hornos de Sestao ya producían en 1885 , lingotes de hierro y acero que necesitaban (utilizaban) grandes cantidades de carbón . Mientras tanto, en León, había una gran cuenca minera que podía exportar el carbón a Bilbao.
Se podría prolongar la línea Bilbao–Balmaseda hasta La Robla-Matallana para transportar el citado carbón. El proyecto es del año 1891 (un año despues de la del Cadagua) y la línea se inauguró tres años más tarde. Había unos terrenos de 10.000 metros cuadrados en el Barrio del Cristo (donde estuvo el desamortizado Convento de Frailes Carmelitas) que no se usaban para nada. Sin duda serían buenos para instalar los Servicios y talleres de la nueva Compañía.
Es el 15 de diciembre de 1889 y el ingeniero Mariano Zuaznavar esta dando a conocer la Memoria del nuevo Tren de Balmaseda a La Robla. Este proyectado ferrocarril uniría las cuencas hulleras de Sabero y Matallana en León, así como las palentinas de Guardo y Cervera, con Balmaseda y Bilbao, atravesanso la provincia de Burgos y parte de las de Palencia y Santander.
Quiere abrir una Suscripción Pública de Acciones en el Banco de Bilbao. De la villa de Balmaseda se juntaron 26 accionistas que pusieron cantidades que oscilaban entre las 5.000 y las 17 pesetas.
El día 21 de abril de 1890 se constituye jurídicamente la sociedad bajo el nombre de “Compañía del Ferrocarril Hullero de La Robla a Balmaseda”.
Con la nueva línea, llegaron a Balmaseda unos 200 nuevos vecinos. Se crearon 100 puestos de trabajo en la línea y los talleres. Y con las mercancías y los viajeros, Balmaseda resucitó económicamente hacia el siglo XX.